La farmacéutica Menarini España necesitaba comunicar su informe de sostenibilidad, un tema denso y técnico. La solución fue CONTIGO, un asistente virtual con IA. Mi trabajo fue darle un rostro y una voz a esa tecnología, creando personajes 3D para marcas que conectan, explican y generan confianza.
El Reto
El objetivo era claro: evitar un chatbot frío y corporativo. Menarini necesitaba un personaje que hiciera su información accesible y cercana. El reto se dividía en tres puntos clave:
- Traducir un concepto: Dar forma a ideas abstractas como «sostenibilidad» e «innovación».
- Generar confianza: Diseñar un personaje amigable que invitara a la conversación.
- Crear un activo versátil: Desarrollar una mascota 3D que funcionara en vídeo, web y otros formatos
El Resultado:
El resultado final es más que un diseño. Es una solución de comunicación que:
- Simplifica el mensaje: CONTIGO traduce datos complejos en explicaciones sencillas.
- Conecta con el público: Humaniza la tecnología y hace la marca más accesible.
- Ofrece un retorno tangible: Se convierte en un activo de marketing duradero y reutilizable.
Detalles del Proyecto
¿Cuál fue mi rol exacto en el proyecto CONTIGO?
Mi función fue la de artista 3D principal. Me encargué de todo el ciclo de vida del personaje, desde la conceptualización inicial hasta la entrega de las piezas finales de animación. Esto incluyó el diseño de concepto basado en el briefing del cliente, el modelado y texturizado de los personajes 3D, el proceso de rigging (la creación del esqueleto digital para la animación) y la dirección de la animación 3D para asegurar que cada movimiento y expresión reflejara la personalidad definida. Trabajé en estrecha colaboración con el estudio DocBarcelona para garantizar que la visión creativa estuviera alineada con los objetivos estratégicos y técnicos del proyecto, especialmente en lo que respecta a su integración con la tecnología de IA generativa. Mi responsabilidad era asegurar que el resultado no fuera solo una figura estética, sino una herramienta de comunicación funcional.
Más allá del personaje, ¿cómo se produjo el vídeo 3D?
La producción del vídeo 3D fue una fase crucial. Una vez que el diseño y el modelo de la mascota 3D fueron aprobados, el proceso siguió una estructura de producción estándar de animación. Primero, desarrollé un guion gráfico (storyboard) para visualizar la secuencia y el ritmo de cada pieza. A continuación, procedí con la animación, dando vida a CONTIGO en un entorno digital. Esta fase es la que más tiempo consume, ya que cada gesto debe ser intencionado y natural. Posteriormente, trabajé en la iluminación y el renderizado, que es el proceso de generar las imágenes finales a partir de la escena 3D. Finalmente, realicé la postproducción, donde se añadieron los efectos de sonido, la música y los gráficos complementarios para crear el vídeo 3D final. Todo este proceso se gestionó para entregar un producto de alta calidad que sirviera como la principal carta de presentación del asistente virtual.
¿Qué software y tecnología se utilizaron?
Para la creación de los personajes 3D y la animación 3D, mi herramienta principal fue Autodesk Maya, el estándar de la industria para este tipo de producciones. Sin embargo, este proyecto destacó por la integración de herramientas de IA en el flujo de trabajo. En la fase de preproducción, empleé ComfyUI para la conceptualización y la generación de ideas visuales, lo que agilizó enormemente la exploración creativa. Además, la voz del personaje se generó con ElevenLabs, una plataforma de IA de texto a voz que nos permitió iterar rápidamente hasta encontrar el tono perfecto para CONTIGO. Esta combinación de herramientas tradicionales y de IA fue clave para la eficiencia y la calidad del proyecto.
¿Cuál fue el mayor desafío técnico o creativo?
El principal desafío fue estratégico: encontrar el equilibrio exacto entre un diseño que pareciera tecnológicamente avanzado y una personalidad que resultara cercana y fiable. Era fundamental que los usuarios no sintieran que interactuaban con un simple programa, sino con un guía. Desde el punto de vista técnico, el reto consistió en crear un rig facial y corporal para el personaje que permitiera una amplia gama de expresiones sin perder su identidad visual simple y reconocible. Animar una bombilla para que transmita emociones de forma creíble requiere un enfoque sutil en el lenguaje corporal y los pequeños gestos. Lograr esa «humanización» de un objeto inanimado, y que funcionara para una marca del sector farmacéutico, fue la parte más compleja pero también la más satisfactoria del desarrollo de estos personajes 3D para marcas.
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